
Que el bien aumente en el mundo depende en parte de actos no históricos; y que ni a vosotros ni a mí nos haya ido tan mal en el mundo como podría habernos ido se debe, en buena medida, a todas las personas que vivieron con lealtad una vida anónima y descansan en tumbas que nadie visita
George Eliot
Vivimos tiempos idiotas, pero también luminosos, pues nos hacen ver con cegadora claridad que todo lo que tenemos se lo debemos ―y deberemos de por vida― a nuestros acaudalados próceres. Por eso conviene recordar, con nuestro bloguero de referencia, a esos seres imprescindibles que han sido borrados de la historia. La frase se encuentra en Middlemarch: Un estudio de la vida en provincias, un libro de George Eliot, seudónimo de la escritora británica Marian Evans (1819-1880).